HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑOLA DESDE 1500 A LA ACTUALIDAD

La economía española desde el siglo XVI a la actualidad ha ido evolucionando, evidentemente, a lo largo de los años.
A lo largo del siglo XVI, la población de los reinos hispánicos aumentó considerablemente, especialmente en Castilla. A finales del siglo XV la población alcanzaba los cinco millones, mientras que a inicios del siglo XVII se aproximaba la cifra a los ocho millones. La población urbana era escasa. La agricultura se extendió gracias al aumento de población y la demanda de productos. La entrada masiva de metales preciosos procedentes de América provocó la subida de los precios e hizo disminuir el poder adquisitivo de las clases populares y su nivel de vida. España gastó el oro americano en financiar guerras y pagar productos importados de Europa.
El siglo XVI ha sido considerado tradicionalmente como el siglo de esplendor de expansión económica, mientras el siglo XVII ha sido totalmente lo contrario. España e Italia fueron paradigma de un proceso de crisis que asoló toda Europa.
La economía española de este siglo pone de manifiesto el agotamiento de un crecimiento basado en el dinamismo del interior castellano que viene a suceder un crecimiento caracterizado por el empuje de las zonas del litoral que va tomando forma en la segunda mitad del siglo y que se prolongará hasta la actualidad.
Hacia 1700 se empiezan a marcar diferencias territoriales que explicarán el recorrido económico del país en el futuro. Destaca el crecimiento de los ingresos desde América y la reducción del volumen de deuda pública. La industria textil catalana merece atención singular por su magnitud.
Se crearon durante el reinado de Carlos III una serie de industrias de manufacturas de lujo como la Real Fábrica de Tapices. Además, se abrieron nuevos puertos en la península y América para el comercio.
El siglo XIX es el del comienzo de la industrialización española. Destaca la existencia de un mercado interior reducido fragmentado, la presencia de una agricultura tradicional de subsistencia y la situación general del Estado, con un déficit presupuestario permanente. La excepción a toda esta situación fue Cataluña.
A inicios del siglo XX, la economía se basaba en la existencia de una zona agraria interior, dedicada al cultivo extensivo con bajos sentimientos. También había una zona periférica industrial y una zona mediterránea exportadora. Tras la Guerra Civil Española (1936-1939), la evolución de la economía fue catastrófica, con una crisis permanente y que impidió alcanzar los niveles económicos de antes de la guerra hasta finales de los cincuenta. En la década de los sesenta llega el desarrollismo, en el que las tasas de crecimiento del PIB crecieron más de lo que lo habían hecho en todo el siglo XX. La clave del crecimiento económico español fue el Plan Nacional de Estabilización Económica de q959, que se dividió en tres planes de desarrollo. Clave fue la figura de Laureano López Rodó.
En los últimos años de franquismo, la fuerte subida del precio del petróleo produjo profundas repercusiones en España, ya que era un país no productor de energía.
En 1977, la economía española se enfrentaba a una crisis que afectaba a toda la economía mundial, y que se agudizaba aún más en España por la inflación.
Entre 1995 y 2007, España vivió un gran crecimiento económico prolongado, con el cambio de la peseta al euro de por medio, ocasionado por la entrada en la Unión Económica y Monetaria de la Unión Europea que provocó una bajada de los tipos de interés y un aumento de la condición¡fianza de los inversores internacionales en la economía española.
España llegó a ser la séptima economía más grande del mundo, hasta que en 2008, llegó la crisis.
Desde las posiciones críticas se afirmó que la dependencia de la economía española de la construcción, así como el endeudamiento excesivo, podía provocar a la larga una recesión económica, en especial por culpa del alza de los tipos de interés, que erosionaría el consumo interno y aumentaría la tasa de paro y de los índices de morosidad, provocando una devaluación de los activos inmobiliarios. No obstante, la fortaleza del sistema bancario y financiero y el crecimiento de las exportaciones, además de la competitividad en el exterior de las pymes, señalaron un curso positivo y alentador entre las muchas dificultades. El sector de exportaciones se constituye desde 2013 como el soporte de recuperación de la economía española.

Rafael Almarcha Sánchez, 3 de enero de 2018

Comentarios

Entradas populares