LA GUERRA DE LOS BALCANES: CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

Las de los Balcanes fueron dos guerras ocurridas en el sureste de Europa entre 1912 y 1913. La primera enfrentó al imperio otomano con la Liga de los Balcanes, formada por Bulgaria, Serbia, Montenegro y Grecia. Las pequeñas naciones balcánicas lograron expulsar a los otomanos de casi todo el territorio de la península, pero no pudieron evitar enfrentarse entre sí por el reparto de las tierras que les habían arrebatado, lo que originó la segunda guerra balcánica. El Tratado de Bucarest puso fin a las guerras, pero dejó la zona en un equilibrio inestable, debido al deseo de los derrotados búlgaros de tomarse la revancha en cuanto surgiese la oportunidad.


La primera consecuencia de una guerra es que los mercados dejan de funcionar como elementos básicos de la asignación de recursos; de ahí que se reduzca notablemente el nivel general de eficiencia económica. El Gobierno es el que pasa a tomar, casi en exclusiva, todas las decisiones sobre cómo deben asignarse los recursos disponibles. El Estado pasa a controlar la mayor parte del PIB ejerciendo sus poderes extraordinarios de incautación o confiscación y dedica la mayor parte de la producción y de la renta nacional al esfuerzo bélico. Los impuestos, la deuda y la creación monetaria tienden a ser las formas básicas de financiación del esfuerzo bélico, especialmente las dos últimas.
Por otro lado, se sacrifica la producción e importación de bienes de consumo en favor de las de los bienes necesarios para el despliegue bélico y se acude al control de precios y al racionamiento de los bienes esenciales, lo que genera, inmediatamente, la aparición de mercados negros, de estraperlo, de contrabando, etcétera. 
En segundo lugar, desde el punto de vista macroeconómico el impacto de las guerras es dual. Por un lado, la utilización masiva de recursos ociosos y la acumulación de existencias de medios bélicos hace que, a corto plazo, aumente la producción y la renta. Por otro lado, la enorme destrucción de la riqueza existente, la creciente inflación y el mayor endeudamiento hacen que la generación de renta a medio y largo plazo caiga y se pueda generar una profunda recesión. 
A pesar de todo, dado el escaso peso que tiene la economía yugoslava en en contexto europeo, el impacto en los países miembros de la Unión Europea será muy escaso.
Rafael Almarcha Sánchez, 13 de enero de 2018


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